
Salmo 22 El Señor es mi pastor Después de leer la historia de la casta Susana, en la primera lectura, y de la mujer a la que Jesús salva de ser apedreada, en el evangelio, repetir el salmo 22 es un acto de singular belleza: el Señor es mi pastor, nada me falta, reparas mis fuerzas, aunque camine por cañadas oscuras nada temo, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan.
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